94 454 51 42
Cómo llegar
Cata: Color Amarillo limón. Intensidad pálida. Limpio, brillante y con presencia de lágrimas. De alta intensidad en nariz con aromas francos y limpios. Predominan aromas de fruta cítrica con notas herbales y hoja de grosella espinosa. En un segundo plano aparecen notas de fruta de la pasión y aromas procedentes de la madera, en forma de pimienta blanca y negra. En boca de nuevo es intenso, de acidez refrescante y textura sedosa con un final largo. En retronasal aparecen la fruta y los herbales encontrados en nariz.
Maridaje: Pescados, mariscos, sushi, verduras al vapor.
Temperatura de servicio: entre 7º C y 9º C.
Botella de 75cl.
Ramón Bilbao Sauvignon Blanc
9,65 €
IVA incluido
Cata: Color Amarillo limón. Intensidad pálida. Limpio, brillante y con presencia de lágrimas. De alta intensidad en nariz con aromas francos y limpios. Predominan aromas de fruta cítrica con notas herbales y hoja de grosella espinosa. En un segundo plano aparecen notas de fruta de la pasión y aromas procedentes de la madera, en forma de pimienta blanca y negra. En boca de nuevo es intenso, de acidez refrescante y textura sedosa con un final largo. En retronasal aparecen la fruta y los herbales encontrados en nariz.
Maridaje: Pescados, mariscos, sushi, verduras al vapor.
Temperatura de servicio: entre 7º C y 9º C.
Botella de 75cl.
Vinificación: Se lleva a cabo en tres materiales diferentes: hormigón, foudres y acero inoxidable, que ayudarán a obtener un vino más complejo. La fermentación se inicia a temperaturas controladas de 16º C y posteriormente se regula a 14º C para el desarrollo de aromas tiólicos. Debido a la tendencia de esta variedad a la reducción posterior en botella, se incorpora una pequeña microoxigenación durante la fermentación. Para aumentar el volumen y la textura cremosa en boca, el vino se mantiene en contacto con sus lías hasta el momento del embotellado. El aporte de la madera y el contacto con las lías ayudarán a este vino a tener una mayor longevidad en la botella.
Ciclo 2018: La añada 2018 viene marcada por las precipitaciones registradas durante el ciclo vegetativo, especialmente durante la primavera. Estas precipitaciones han sido el doble de un año normal. Gracias a estas precipitaciones primaverales, la viña ha recuperado las reservas de agua que necesitaba después del ciclo de sequía que se produjo la añada pasada. Durante la maduración no se han producido precipitaciones y se han registrado temperaturas moderadamente altas durante el día y bajas durante la noche, lo que ha favorecido un estado sanitario excelente de las uvas y una correcta maduración fenólica, con equilibrio entre azúcar y acidez. Los aromas desarrollados durante este periodo han sido muy frescos y limpios. En esta cosecha se han recuperado fechas habituales de vendimia, comenzando a primeros de septiembre con la variedad Sauvignon Blanc.